El mes de diciembre del año pasado fui a ver El Circo del Sol. Esa tarde fue una de las más bonitas de mi vida, un espectáculo que me mantuvo ilusionada de principio a fin, llegando a ser tan bello e intenso que me entraron ganas de llorar, lágrimas por lo hermoso, por la emoción, por encontrar uno de esos momentos en que estás tan bien en cuerpo y en mente que te sientes inmensamente feliz.
Alegría!
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